19 abr 2006

Corrupción militar: Falsificación de documentos y malversación de fondos

A mediados de marzo, un suboficial que se desempeña en el Comando de la IX Brigada entregó en una prolija carpeta las pruebas que comprometerían al oficial responsable del manejo de las finanzas de la unidad militar.
Oportunamente, el comandante de la IX Brigada cnel. Angel Podestá entregó esa carpeta a la Justicia Federal.
El caso se conoció a través de fuentes judiciales, y fue publicado por Crónica el 29 de mayo, curiosamente el Día del Ejército; luego el cnel. Podestá reconoce el caso y dice además, que se activarán los mecanismos de control interno.
Mientras la Justicia toma el tiempo que le demanda atender esta causa -y otras-, para el interior del Ejército algunas cosas están igual o peor.
Ofrecimiento indigno
El cuerpo de la denuncia se inicia con una nota del denunciante donde comenta que su superior le ofrece falsificar la firma de oficiales, suboficiales, soldados, policias y personal de otras fuerzas.
También le ofrece modificar el monto del viático cobrado, modificar importes de facturas y falsificar otras. Todo ello para ser incluido en gastos relacionados a las elecciones del 23 de octubre de 2005, y de una distribución de material didáctico a entregar en escuelas carecientes.
El suboficial que presenta la denuncia no acepta participar en el hecho y es separado de sus funciones.
A más de tres semanas de la denuncia y a pesar -según se reconoció desde la unidad militar- de que se han actividado los mecanismos de control interno, el oficial responsable de las finanzas, denunciado por falsificación de documento y malversación de fondos, aún está ocupando el mismo puesto.
Crónica consultó sobre esta situación y, ante la imposibilidad de una entrevista con el cnel. Angel Podestá, que se encuentra en Buenos Aires, desde el Comando se informó que "mientras la Justicia no lo halle culpable, el oficial continúa en su puesto, es un tema para analizarlo con calma para que sea justo y se llegue a la verdad".
También se dijo que "no se puede tomar medidas internas porque es un delito civil que tiene que juzgar la Justicia Federal; si se comprueba que es culpable, el Ejército lo separará de sus funciones".
Por ahora, se agregó, "no se lo puede cambiar de funciones porque el sistema de traslados dentro del Ejército es complicado porque hay una familia para reubicar".
Mientras tanto
Trascendió que el malestar adentro del Comando es importante, más allá de la serenidad con que se comunica el caso, ya sea porque se publica un problema que se considera interno o porque se considera que emerge una situación que se repite dentro del Ejército, "una institución que no tolera que los suboficiales denuncien a un oficial, como sucede en este caso, por corrupción", expresó una fuente confiable.
El oficial denunciado habría viajado a Buenos Aires autorizado por el comandante de la IX Brigada, en plena investigación sumarial para que él mismo se encargue de buscar pruebas, una curiosa tarea para quien está denunciado.
Pero no es lo único; además de que el denunciado continúa en el mismo puesto, sigue firmando cheques y autorizando todo tipo de erogación -según lo confirmó la alta autoridad que dialogó con este diario-, y a pesar de que el actual comandante -Podestá- dijo públicamente que iba a solicitar la intervención del Comando Superior para controlar que se estuvieran haciendo las cosas como corresponden, se conoció que los 'especialistas' o encargados de investigar son de Bahía Blanca.
Se trataría de las mismas personas que pusieron en funciones al oficial cuestionado. Sobre esta cuestión, la autoridad del Comando consultada se excusó de formular declaraciones.
Sobre el denunciante
El suboficial que no aceptó participar de la falsificación de firmas y alteración de facturas es un hombre muy apreciado por sus compañeros, tanto por su idoneidad como por su honestidad. Participó en misiones en la ex Yugoslavia y en la Isla de Chipre. Se le considera un 'antártico' porque cumplió tareas en Base Esperanza. Está casado y tiene dos hijas, una a punto de terminar la universidad, otra por iniciar una carrera.
Claro como el agua...
Las pruebas
Hay facturas duplicadas, facturas en blanco, listados dobles -originales y falsificaciones- de firmas de miembros del Ejército y de la Policía que tuvieron la responsabilidad de custodiar el acto eleccionario. En el documento original figura que cobraron entre 40 y 53 pesos -correspondiente a la asignación viático del día-, en el documento donde se observaría claramente la falsificación de firmas, la suma se duplica.
La situación causó gran malestar dentro de los cuadros oficiales ya que emergía una situación de corrupción desde las filas del Ejército e incluso se sospechó de encubrimiento al oficial denunciado.
El suboficial que hizo la denuncia pidió se le asignara una nueva tarea.
Firmas aquí y allá
Aunque se le quitó importancia al monto del dinero, (la suma superaría los cuatrocientos mil pesos) y corresponde, según la denuncia presentada por el suboficial, "a la falsificación de 476 firmas de soldados, suboficiales, oficiales y personal de las distintas Comisarías de Comodoro Rivadavia, entre ellos comisarios, agentes y suboficiales y oficiales, también personal de Prefectura y Gendarmería, que estaban afectados a los comicios electorales del 23 de octubre pasado.
El dinero no sólo era para pagarles la comida y el traslado para cuidar urnas en distintos puntos de la provincia, también era una asignación de fondos que enviaron de Buenos Aires para distribuir libros y material didáctico en distintas escuelas.
Entre las pruebas presentadas hay facturas 'mellizas' de comercios de Comodoro Rivadavia, como por ejemplo, la factura Nº 0001 - 00000315 , de una distribuidora. En una factura (que denominamos con el Nº 1) figura un gasto por artículos de librería de 8.005,30 . Aquí se invirtió en 100 mil cajas de cartón, 250 mil carpetas, 100 mil cajas para archivo, 445 mil forros para cuadernos, 50 mil libros de actas y 222 mil resmas A4, entre otros artículos.
En la otra factura, la que denominaremos Nº 2 -idéntico número- figura un valor de 910 pesos en repuestos para un jeep. En este negocio, una librería de barrio Palazzo, no venden repuestos de automotor aunque sí venden lubricantes para uso en automotores.
Otra factura del mismo local comercial, tiene un valor de 960 pesos por otros repuestos. Y, por si faltara algo más, hay otra factura del mismo local, pero en blanco.
Pruebas que indicarían falsificación de documento público y privado, estafas y malversación de fondos.

Investigación de Elvira Córdoba.

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