13 may 2008

Una historia en el borde

El fin de semana volvimos a Gobernador Costa. Hace cuatro meses que no iba y la ceniza del volcán Chaitén me preocupó; sentí en las voces de mi familiares y amigos la preocupación, la tristeza.
En Comodoro los aviones no volaban, una vez más, o como siempre no volaban, ni volarían. Pero allá el fenómeno era otro. Sentí la profunda necesidad de ver mi lugar. Y que nadie me lo cuente.
Costa estaba cubierta de ceniza, pero el sol se impuso ante el impulso gris de la mañana.
El sábado caminamos...caminamos hasta terminar el pueblo, y ahí lo vimos a él; como siempre; con las manos rotas, la piel colorada y al viento. "El cumpa", así lo llama mi papá.
Matías Mellado, más de 75 seguro. Se recortaba gigante en el cielo del atardecer.

Lleva más de la mitad de su vida produciendo ladrillos; aunque es un hombre de campo, que supo abandonar el saino para subirse a un ciclomotor Zanella. "Nadie quiere aprender el oficio por eso no tengo gente, ahora tengo un sólo ayudante", comentó.
Se arremangó el pulover de lana, y sin dejar de acomodar los ladrillos, aún sin hornear, contó que: la primera parte del trabajo se hace en el pisadero, ahí se apisona el barro con liga (bosta de caballo o viruta), hasta que se hace una pasta. Ese barro se aprisiona en el molde, luego se desmolda y se pone a orear para el secado. Cuando estan secos comienzan a construir el horno, que será elevado con los mismos ladrillos que se cocinarán, en una gran hoguera que arderá un par de días. Una especie de pirámide, que tendrá al menos tres tuneles en el medio donde se hará el fuego, que finalmente los cocinara.
Después de varios meses de trabajo tendrá 12 mil ladrillos, pero llegó a hacer 350 mil unidades.
"El Cumpa", era un hombre de campo hasta que tuvo que vender su tierra; después se quedó en el pueblo. Suele vestirse de fiesta para ciertas ocasiones. Pañuelo al cuello y bombacha batarasa completa el atuendo que gusta lucir en febrero, en la Fiesta del Caballo. Entre los palenques y los potros, le pone puntaje al mejor jinete.Vivió épocas felices, de mates a la sombra, y chamamé en señaladas; fueron otros tiempos, cuando los campos tenían gente y las ovejas varios dueños.

1 comentario:

  1. Como tantas otras historias de gente común de nuestra Patria que perduran en el tiempo por su mote y se van multiplicando en otras tantas por su similitud de gente buena, servicial y solidaria, en el Norte o el Sur en el Este o el Oeste ese es "EL Cumpa"

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