El estado contra trabajadores desocupados
Por estos días decidí concentrarme en el estudio pero como una marea llegaron hasta mis oídos las peores noticias, y decidí postear, postear con indignación. Prendo la radio: una mujer graba un mensaje y dice: "Los de Gendarmería le pegan a la gente común pero a los petroleros le tienen miedo". Recibo un llamado mientras giro el dial y transmiten en vivo y en directo la toma del edificio municipal de Comodoro. Así los trabajadores protestaban contra un 5 % por ciento de aumento que el ejecutivo finalmente dio, después del desaire de los concejales hace algo más de una semana. Por la tarde los ediles aprobaron el 5 % y los municipales anunciaron un paro por tiempo indeterminado.
Un compañero me cuenta pormenores de lo peor de la jornada en Santa Cruz. En Caleta Olivia entre 60 y 80 personas, que permanecían realizando el corte de la ruta nacional Nº 3 en Caleta Olivia fueron ferozmente reprimidas por grupos de Infantería de la policía provincial al mando del Jefe, Comisario Alejandro Martín. Varios heridos fue el peor saldo. Por entonces las palabras del ministro Carlos Barreto eran como alcohol para las pieles dañadas por tanta violencia. El funcionario dijo que se buscó prevenir un hecho grave por la existencia de molotov en el lugar, en tanto los manifestantes sostienen que luego de sacarlos de allí la policía sembró los artefactos para justificar la represión. Fue el fiscal Bellever de la Justicia Federal de Comodoro Rivadavia quien dio la orden de desalojo.
El periodista Javier Rivarola le preguntó al comisario Martín sobre la diferencia del piquete de los desocupados y la de los petroleros que se extendió por varios días en el mismo sector. “Referente al tema petrolero no tuve ninguna orden de desalojo – aseguró Martín - pero sí la tuve en esta oportunidad por parte de la Fiscalía Federal de Comodoro Rivadavia” y agregó “en el caso de los petroleros había una mesa de negociación y estaban flexibilizados los cortes que permitían el paso cada una hora. Acá los camiones llevan tres días demorados rehenes los chóferes que no dejaban retirarse ni bajar a los chóferes”.
Soledad fue una de las mujeres golpeadas la madrugada del viernes. La joven embarazada de cinco meses, esperó tres horas en el Hospital para ser atendida. "Nos fueron a matar a palos. Un compañero tiene como 13 tiros y muchos todavía están perdidos. No los pueden encontrar. Habían compañeras que quedaron tiradas sin poder respirar. Si hasta a los camioneros le pegaron, ellos no hacian nada estaban ahí porque nosotros cortábamos la ruta. Pero los bajaban y le pegaban", recordó la mujer en declaraciones a Radio 21 de esa localidad.
Sostuvo además que las medidas de fuerza se realizaron en reclamo de fuentes de trabajo. "Nosotros no queremos subsidios, queremos puestos de trabajo. Tuvimos que tomar medidas porque con los 200 pesos de la Tarjeta Social no le puedo dar de comer a mis hijos. Queremos trabajo", concluyó la mujer.
El viernes por la tarde los vecinos de Caleta se congregaron y marcharon. Manifestaron "indignación" y "angustia". Reunidos en la Multisectorial medio millar de personas dieron a conocer su posición frente a la orden de desalojo que regó de sangre de desocupados, una vez, las rutas patagónicas. En ese marco, el párroco Enrique Romani dijo que él había rechazado la propuesta de ser mediador en el conflicto a la hora de evaluar que no se iba a conceder lo que reclamaban los desocupados. Por ello dijo que personalmente esta situación le provocó “angustia, dolor, incomprensión”, e incluso una “frustración personal como ciudadano porque pensaba que a esta altura de mi vida la Argentina iba a ser otra cosa”.
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