Otro desaparecido de la democracia
Comodoro Rivadavia, enero 2010 / El 2 de octubre de 2003 Iván Torres
fu "levantado" por el móvil policial Nº 469 y trasladado a la
Comisaría 1ra. de esta ciudad. Ese día, María
Millacura sintió los golpes propinados por los policías a su hijo.
Iván,
como muchos otros jóvenes víctimas del gatillo fácil y la represión
policial, pertenecía al grupo de jóvenes invisibles o transparentes
como dice su
madre, aquellos que son despojados de sus derechos cotidianamente y que
sólo son expuestos por los medios si delinquen, matan o mueren,
pero sus voces nunca son escuchadas mientras sufren la violencia de una
sociedad injusta y desigual que marca sus vidas desde el útero.
Ahora,
con el dolor de una madre con un hijo desaparecido, María Millacura
llena su pecho de
rabia y denuncia a cada uno de los responsables sin confundirse con los
discursos grandilocuentes que utilizan a los derechos humanos como spot
publicitario. En Comodoro, ciudad del viento y el petróleo, como en
el resto del país, muchos pierden fácilmente la memoria que vuela y se
oscurece y miran hacia otro lado.
La plena vigencia de los derechos humanos sólo es posible mediante la
transformación social.
Castigo a los culpables, ni olvido ni perdón..
Aparición con vida de todos los desaparecidos y desaparecidas en democracia.
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