en el al B° 25 de Mayo por parte de vecinos del lugar, generó no
pocas polémicas, opiniones y discursos de diferente naturaleza, según
el lugar y por tanto la perspectiva desde donde se observa el hecho.
Cuando sucede algo
así (y todos conocemos varias situaciones similares), los distintos
actores expresan su posición en uno u otro sentido, muchas veces sin
conocer bien qué es lo que está en juego. En este caso, ante la
ocupación de un terreno que estuvo desocupado durante décadas, se
descubre, de pronto, que había numerosos proyectos "en carpeta" y de
inminente implementación. Claro, ninguno de ellos incluye a la gente
común que hace años viene solicitando un pedazo de tierra para vivir.
Al mismo tiempo
surgen versiones encontradas vinculados a la propiedad de los
terrenos: que son de YPF, que de la Municipalidad, que no, que
pertenecen a la Universidad … mientras los hombres , mujeres y niños
que nacieron, crecieron y vivieron allí todos estos años , sintiendo
que ese lugar abierto, esa "canchita" de futbol les pertenecía y era
una parte de ellos, observan perplejos la disputa. (Desde luego no se
trata de una caprichosa pretensión pues basta ver la ubicación, la
línea de la calle y el diseño del barrio para darse cuenta de lo
genuino de tal sentimiento).
Por otra parte, ante
estas situaciones que no son más que emergentes de una problemática
social no resuelta, de salarios que no cubren ni siquiera los valores
mínimos de una canasta familiar, de una política de tierras
históricamente insuficiente, burocrática y arbitraria ( acá los
cientos de comodorenses que esperan un terreno podrían agregar muchos
calificativos más ), el discurso de algunos funcionarios públicos
hablando del estado de derecho , de la vía judicial y de la aplicación
de la ley, suena bastante patético e hipócrita .
Es curioso como
cuando la gente común reacciona ante una flagrante injusticia con los
pocos medios de que dispone (profundamente consciente de que no es el
camino que elegiría si tan solo hubiera obtenido una respuesta seria
luego de tanto tiempo de promesas incumplidas), lo que escuchamos a
través de los medios son palabras como "ocupas", "ilegales",
"usurpadores", dichas desde quien tiene una casa tasada en dólares,
una camioneta 4x4 , y un cargo público que, entre otros, sostiene, con
sus impuestos , precisamente esa familia que sólo aspira a tener un
terreno donde vivir. Pareciera ser que lo único punible es lo que
proviene de la gente, de los trabajadores, de los ciudadanos comunes;
lo que lo genera, la violencia que viene desde el poder y se ejerce
cotidianamente desde los impuestos, los ajustes, la inflación, el mal
trato, el abandono de persona, los recortes en salud, educación,
planes sociales, etc, etc, etc, no tiene responsables … ¿o sí ?
Otro recurso
discursivo muy utilizado en estos casos por algunos políticos es la
calificación despectiva y gratuita que con la referencia al número de
personas: "unos pocos inadaptados", "un grupo de izquierda", "los
mismos disconformes de siempre", " los que no entendieron el mensaje",
"los que boicotean el proyecto", etc, les permite, como diría un
sicólogo, colocar el problema fuera de ellos, desacreditar, buscar
culpables y, en buen criollo, "esquivarle al bulto". En este aspecto
nuestro país y nuestra provincia tienen expertos referentes.-
¿ Será muy utópico
imaginar que un día nos levantamos y en la radio o la TV escuchamos a
un funcionario decir algo así como: " señores, me equivoqué, nos
estamos equivocando, la gente tiene razón…vamos a intentar rectificar
el rumbo, basta de engaños, miremos a los hombres y mujeres de nuestro
pueblo a los ojos , digamos la verdad y comprometámonos a trabajar
realmente por el bien de todos………? Bueno, ya sé
que resulta ingenuo, pero, por si hiciera falta, pone de manifiesto lo
lejos que estamos de alcanzar un sistema en el cual el gobierno, su
equipo de gestión, cada funcionario entienda que si está allí es para
cumplir con quién lo eligió, el genuino y único depositario del poder
en una democracia: el pueblo.
Para cerrar esta especie
de reflexión seguramente parcial, subjetiva y poco "política", que
intenta, sin embargo, expresar una mirada compartida con mucha gente,
vuelvo al punto que le dio origen y me animo a hacerme eco de algo que
alguien ya sugirió: que todos aquellos comodorenses que, habiendo
cumplimentado todos los requisitos para obtener un terreno y hace años
esperan una respuesta que nunca llega, se autoconvoquen, solidarios
unos con otros y, tal cual lo prevé la Constitución, peticionen y
exijan a las autoridades Municipales y/o Provinciales que a la mayor
brevedad posible, se comprometan a elaborar un cronograma público de
entrega de terrenos y a realizar con transparencia todas las
gestiones tendientes a la concreción gradual pero sostenida y
sistemática de tal iniciativa .
Mario Murphy
DNI 7888477
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