VIVE EN SANTA FE, DONDE BUSCA EVITAR, EL USO DE GLIFOSATO EN LAS SIEMBRAS DE TRANSGENICOS
El músico Rubén Patagonia, manifestó su preocupación por la vida de su hijo Jeremías y familia, es que –según indicó- “recibieron graves amenazas por defender su derecho a que mis nietos vivan, crezcan y se proyecten sanos, desde la tierra, en un ambiente rural. Hay un límite para todo, nos es justo que valga más un par de toneladas de soja que la salud de mi familia y la miles de familias que padecen esta situación en todo el país”. En este marco el artista regional, indicó que “es momento de empezar a discutir políticas y leyes que pongan un freno a esta situación, existen otras formas de convivir, producir”.
Las amenazas contra la familia de Jeremías Chauque, son recurrentes en los últimos años, pero la última recibida el 30 de diciembre, fue la que motivó a Rubén Patagonia a romper con el silencio. Viven en un pueblito costero de la provincia de Santa Fé, llamado Desvio Arijón, a 30 km de la ciudad de Santa Fe, sobre la ruta 11. Hace 11 años se radicaron allí encantados por el paisaje, pero en los últimos añores Desvio Arijon, junto a otros pueblitos rurales quedaron rodeados de plantaciones de transgénicos y por consiguiente de toda la fumigación con agrotóxicos, que llega junto a ese tipo de producción. “Hoy en nuestro pueblo ya existen casos de abortos espontáneos, malformaciones, chicos que nacen ciegos, con problemas espiratorios, todo ligado a la sobreexposición a los agrotóxicos”, comentó Jeremías a través de una carta.
CONTAMINACION
El 30 de diciembre, junto a su esposa decidieron frenar una tarea de fumigación, que se desarrollaba en momentos en que sus hijos jugaban afuera. “Ya que de las autoridades legales ni políticas tenemos respuestas, ni hoy, ni cuando frenamos las fumigaciones en los otros campos. Esta vez, en plena discusión con el empresario del campo, que por supuesto vive a mas de 30 km del pueblo, dijo que se reunió con los otros empresarios y que ya me conocen, que conocen los movimientos diarios de mi compañera y de mis hijos, que no nos van a dejar vivir tranquilos hasta que nos vayamos y que cuidemos a nuestros hijos”, comentó el joven.
Finalmente dijo que pese a la amenaza, lograron frenar la fumigación, pero “hoy cargo una causa penal por violación a la propiedad privada y amenaza agravada, por el simple hecho de exigir que se respete nuestro derecho a que nuestros hijos crezcan y proyecten su futuro desde la tierra, sanos. La ley, hoy, no es una herramienta que nos permita defendernos. No nos vamos a ir, vamos a defender con todo lo que somos y tenemos, la salud y el futuro de nuestros hijos”, afirmó.
Una versión de esta nota la escribí para diario El Patagónico.
Si bien, la rrspuesta científica que siempre se encuentra en estos casos es la misma: "No hay estudios ni estadísticas suficientes todavía", los que conocemos ls zona sojera y tenemos familiares que viven de la producción de soja, sabemos en forma "no oficial" que hubo un aumento importante de abortos espontáneos y de enfermedades respiratorias en zonas cercanas a las fumigadas con Glifosato.
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