Entre el gobierno y la burocracia sindical: los rehenes somos lo/as docentes Esta semana y como cada vez que los docentes anuncian un paro, la Ministra de Educación, Mirtha Romero, saca a relucir su único argumento para desmerecer el legítimo reclamo de los docentes y de paso predisponer a toda la población en contra de los trabajadores de la educación: "Los docentes toman de rehenes a los chicos" Este año redobló la apuesta y sumó a los padres de los alumnos y a toda la sociedad al "grupo de rehenes capturados" por los docentes, quienes solamente ejercen un derecho democrático encuadrado en la constitución y en toda la legislación laboral vigente. Legislación que la Ministra evidentemente desconoce, a pesar de su autoproclamado pasado sindicalista. Párrafo seguido aseguró que es terrible decir que existen presiones sobre los docentes para que los estudiantes aprueben. La Ministra sabe, como saben los supervisores, como saben los directivos, como lo sabemos todos los docentes, que las presiones forman parte de la cotidianeidad en las escuelas y tienen como objetivo eso mismo que pretende negar la Sra. Romero: "aprobar a mansalva" a todos los estudiantes para reducir de alguna manera los índices de repitencia y desaprobación. Y como no alcanzan las presiones, desvirtuaron la esencia de las tan publicitada Escuela de Verano, que pasó de ser una instancia de apoyo escolar a una de acreditación en la que los alumnos, en sólo tres semanas, pudieron aprobar hasta cinco materias. Los alumnos, sus padres y la sociedad toda somos rehenes de un Modelo Chubut cuya política educativa pretende sin demasiados reparos, provocar el "éxodo" de maestros rurales hacia las ciudades, habida cuenta del magrísimo sueldo que perciben y de las difíciles condiciones en las que desarrollan su trabajo; privar a los docentes de capacitaciones de calidad garantizadas por el Estado; apiñar a alumnos en las aulas impidiendo la enseñanza personalizada; bajar el nivel educativo para frenar la repitencia, que los "números le cierren" y poder mostrar una realidad maquillada al resto del país. En fin, la precarización laboral extrema de los docentes y la degradación absoluta de su función ante los estudiantes y ante toda la sociedad. Medidas éstas que traen como consecuencia ineludible el embrutecimiento de los jóvenes chubutenses. Si escuchar a la Ministra produce indignación, escuchar a la Secretaria General de Atech, Estefanía Aguirre, produce estupor, cuando no vergüenza ajena. Difícilmente se tenga memoria de una persona menos capacitada y tan carente de representatividad para dirigir a un sindicato. Sólo atina, cuando le preguntan por el paro de Comodoro Rivadavia o del aumento salarial, a repetir como un eco lo que le mandan a decir desde el Ministerio de Educación, desconociendo el malestar de los docentes de toda la provincia (no sólo de los de la regional sur); acusar de combativos (como si fuera un insulto) a los docentes que van a la huelga y afirmar que todos los trabajadores de la educación están conformes y felices según lo manifestaron en asambleas que jamás existieron. La oposición de la Regional Sur contra este modelo sindical de traición permanente tiene un fuerte correlato en la zona del valle y en el resto de la provincia y la prueba es que los miembros de la Junta Ejecutiva Provincial de Atech tuvieron que huir a Puerto Madryn para convocar al Consejo Directivo y emitir una resolución con mandatos inventados y carentes de toda legitimidad. Es cada vez mayor el números de docentes que repudian esta manera de dirigir nuestro sindicato en estrecha comunión con las necesidades y la agenda de campaña del gobierno provincial. Que no aceptan ser tratados como delincuentes por reclamar lo que es justo y corresponde. Que se animan a participar y tiene claro que así no se puede seguir. En fin, que se no se resignan a ser rehenes de un modelo autoritario de provincia ni de una dirigencia sindical autista.
ESPACIO DOCENTE |
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Mónica Baeza
www.comunicacionpatagonica.blogspot.com
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