6 mar 2012

Decimos no III. Poema diario para acompañar a los cumpas en la marcha contra la megaminería

Un amasijo que empuja al mundo

con su aliento

rueda en la voz que dice

no se toca.

 

Crece como un follaje de agua

urgente

en los bordes de la sombra

hermana.

 

Marcha.

 

Los abrazos de los compañeros

prenden la voz

como se prende

el fuego.

 

Y en las chispas de luz

salta la forma

humana.

 

Pero el abrazo y la lengua

no tienen nunca

un solo cuerpo.

 

Vamos.

                            Luciana Mellado



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