Cuenta que ese día
pájaros negros se posaron en el manzano
-El día que murió el tío Piro vinieron,
son como caranchos.
No son de la noche. Son de tristeza.
No tiene ojos porque no lloran a sus muertos.
El aleteo les duele
María mira por la ventana y espera
enredando hilos blancos y amarillos entre
sus delgados dedos.
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