–Usted no parece violento, ¿cómo hizo para contactarse con pibes chorros?
–Encontré en el humor una forma de responder a la agresión y poner al otro en crisis. Aprendí también que no se puede vivir la violencia como si fuera una sola. Hay que entender qué es lo que da pie a cada conflicto. Cuando captás esa complejidad, salen a la luz las formas de exorcizar la violencia que ellos tienen. Porque en la villa también hay alegrías y afecto, y ser incapaz de ver toda la trama puede dar como resultado una imagen no sólo lacrimógena sino también reaccionaria de la pobreza. Y al fin y al cabo, ¿por qué motivo si no es por afecto alguien de los barrios le va a abrir la puerta a un periodista?
Entrevista a Cristian Alarcón
El redactor de Página/12 fue distinguido en Nueva York con el premio Samuel Chavkin a la integridad en periodismo, por su libro "Cuando me muera quiero que me toquen cumbia"
Un periodista, casi un héroe, que no le teme al barrio!!!
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