10 jul 2006

Sobre las miradas, sobre cómo nos miran y cómo nos miramos
















"Que uno utilice la máquina de fotos o el lápiz no importa mucho, es lo mismo, pues lo único importante es la mirada", decia Henri Cartier Bresson. Lo que importa es la mirada.
Cuál mirada la que condena?, la que acusa?.
La mirada que entiende, la que no escapa ante el instante del encuentro con el otro.
La mirada de afuera?.
La ajena, que ve con encanto el dolor?.
Miradas que neutralizan, que visten con adornos las penas ajenas?.
Esas miradas que congelan como un paisaje al óleo?.
"Pienso que Gobernador Costa es bastante representativo de lo que es la Patagonia, donde hay que esperar con paciencia que las cosas sucedan, no salir a buscarlas".
Esa mirada me molesta. Siempre desde afuera.
La mirada que neutraliza, la que vacía.
Pero nosotras Mariela, siempre estamos adentro.
Por eso el dolor, por eso la pena que nos dibuja la piel y no se va.
Nunca se va.
Es el frío el que nos hace nudos en la garganta, el frío nuestro y el ajeno.
El de los peces insomnes que no aprenden a gritar mientras el barro amenaza con taparlos.

Es tu mirada Mariela la que me enseña todos los días a pesar de la distancia.

La mirada de Mariela en Lago Puelo.

La inundación.

Así es. A veces entretanto como siempre tarde ya todavía aún va lento mañana tal vez pasado mejor venite el lunes la semana que viene quizás dentro de un par de meses en breve dentro de poco voy a empezar estaba pensando que por ahí el domingo en lugar de dormir hasta dentro de dos años no se puede hacer nada viste cómo está el clima que llueve y que es increíble mirá cómo llueve afuera tupido y gris con goterones cuajados y mirá cómo pasa toda esa pobre gente nadando en el barro de la vida no se puede creer y desde acá adentro se ve todo tan como desde la pecera, aunque en realidad no sé si estoy afuera o adentro eso mejor dejémoslo para borges que sabía, sí, mejor sabés lo que podemos hacer, dejémoslo todo así como está antes de hacer cagadas, mejor que venga alguien que sepa, viste porque con esta lluvia, a ver si todavía pifiamos y de esta quién nos salva, no toquemos nada, que por ahora, todavía aún ya no es tan grave, apenas si una laguna en el patio una palangana que se desborda lo que sí hay que tener cuidado y estar pendiente atento siempre a todo porque aunque no se puede hacer nada sin embargo se puede hablar y hablar mucho acerca de estos temitas porque hablando también se entiende la gente y cuando no hay nada que hacer hablamos de la palangana de la lluvia, de lo lento que anda todo, sí sí todo el mundo se anda quejando de lo lento que está el servicio existencial, con cuentagotas fluye la vida, se tapan los canales, viste la acequia, no se puede creer, son cauces naturales, pero se traban en invierno, se llenan de barro y ahí quedan los pececitos de la montaña chapoteando, lenguas nocturnas que no saben gritar claro porque si los peces gritaran sería otro el cantar, las vertientes se llenarían de alaridos, de gemidos ahogados, y uno tendría que salir por la noche con la linterna a darles una mano aunque con esta lluvia qué se va a hacer si apenas se ve a dos metros y estos peces que no se duermen tan insomnes ellos sin párpados y sin poder andar tranquilos tanto pescador suelto. Pero mejor quedate en casa que hace un frío un aguacero de la hostia afuera no se puede ni estar encima los peces andan a los gritos denunciando no sé qué torturas de la vida.
Dale no te metás que me da espasmo de sólo pensarlo pobre gente tratando de nadar.

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