12 jul 2009

SON 2500 LOS OBREROS DEL SECTOR PETROLERO SIN TRABAJO

A pesar de las declaraciones de propios y ajenos sobre la cantidad de obreros desocupados en los yacimientos de la zona sur de Chubut, con la asunción de nuevas autoridades en las áreas vinculadas al manejo de las políticas de explotación hidrocarburíferas, surgieron algunas declaraciones reveladoras. Entra tanta politiqueria barata se escuchó una voz que vino a tirar por tierra las declaraciones "tranquilizadoras" del oficialismo vinculadas a la seria situación económica que enfrenta la región, en momentos en que el gobernador, Marío Das Neves, ya no oculta sus ambiciones políticas.
Que Comodoro ingresó en una precariedad económica en ascenso desde noviembre del año pasado es visible. El consumo bajo, las camionetas 4 X 4 fueron desapareciendo de a poco en los barrios y hasta las peluquerías que daban turnos de una semana a otra ven con preocupación un desenso en la cantidad de clientes. Muchos obreros que habían llegado del norte hace un par de años hicieron sus valijas y vendieron sus propiedades a precios irrisorios, después de tratar de conseguir un empleo, sin suerte. Por eso será que la cifra de 2.500 personas sin trabajo por los ajustes de las operadoras petroleras es sólo un ponerle número a lo que la gente vive todo el tiempo. Ahora se trata de entender por qué las empresas presionan a los trabajadores y cómo juegan los demás actores en el marco de una pelea -que afirman esta por iniciarse- para lograr bajar las retenciones por exportación a las operadoras.
EL MISMO PEDIDO
Después de la asunción de Luis Tarrío, en el cargo de presidente de Petrominera y la del empresario Sergio Schiavoni, en el cargo de Secretario de Hidrocarburos, el presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Petroleros de la Cuenca del Golfo San Jorge, Matías Twardowski, salió publicamente a celebrar los cambios en el gabinete. Aunque también habló sobre los problemas del sector a raíz de los "ajustes" en las inversiones que están realizando "las operadoras". Sostuvo que son 2.500 los obreros que están "asistiendo a las empresas para mantener los sueldos".
En la misma línea que el Sindicato Petrolero el empresario sostuvo que el negocio de la explotación petrolera no es rentable por estos días, y sostuvo que se debe al precio del gas, que "no es el adecuado" y, paralelamente, las "retenciones" en el ámbito petrolero, que están "golpeando y perjudicando la posibilidad de exportar el crudo". Así se atribuyen los despidos a una decisión que deberán tomar los funcionarios nacionales y que vuelve a instalar la idea de que los yacimientos de Chubut no serían un buen negocio.
QUIENES GANAN
En este marco hay que analizar entonces lo sucedido díez días antes de las elecciones del 28 de junio, cuando los obreros petroleros de la provincia de Santa Cruz, definieron iniciar un paro por tiempo indeterminado por un 25% de aumento de sueldos, por el 82% de jubilación y por la puesta en marcha de los totalidad de los equipos perforadores que poseen las operadoras petroleras, muchos de los cuales se encontraban paralizados, para de esa manera, conseguir el pleno empleo en el sector. Así los obreros consiguieron un aumento de 2 mil pesos cuando la mayoría de los gremios apenas lograba ser recibido por los demás empresarios.
El periodista Marcelo García, especialista en hidrocarburos, sostuvo recientemente en un artículo que "cuando empezó el boom petrolero en la Patagonia, allá por los años 2002 y 2003, el precio del barril era de 26 y 31 dólares respectivamente. Luego fue subiendo hasta los 100 dólares el año pasado y le dió inmensas ganancias a empresas como Repsol YPF, Pan American, Oxy, Petrobrás y otras. Pero así y todo, para conseguir las mejoras salariales y de las condiciones laborales, los petroleros debieron protagonizar enormes huelgas como la de 2005 en Chubut y Santa Cruz. Ahora las multinacionales se quejan y buscan hacerle pagar la crisis a los laburantes, pero a principios de año el barril cotizó a 35 dólares y en julio ya cotiza cerca de los 70 dólares".
En este contexto sostiene que las petroleras siguen obteniendo enormes ganancias, pero no conforme con eso las multinacionales siguen presionando para que eliminen las retenciones a las exportaciones; para disminuir los salarios y precarizar las condiciones laborales de los obreros del sector, contando para esto con la complicidad de los dirigentes sindicales, el gobierno de los K y los gobernadores provinciales.

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