Pese a los insidiosos rumores que circularon durante todo el día, se supo finalmente que el piojo injustamente denominado “cucaracha de mar” es totalmente inocente de la desaparición de la merluza y, para colmo, tampoco es un piojo.
“Parece una langostita” señaló afectuosamente el reconocido investigador del CENPAT Pedro Barón, y reclamó que se le saque “ese nombre peyorativo” de “cucaracha de mar”. En realidad, dijo Barón, la munida es un cangrejo, su tamaño total es de unos ocho o diez centímetros. “La munida es un componente de la fauna nativa” dijo Barón, y añadió que “siempre ha estado presente”.
Barón aclaró que lo que puede haber sucedido es que hayan agarrado una gran cantidad, “un enjambre” y que esté presente en mayor cantidad que otros años. “Son grandes enjambres que se encuentran en la columna de agua” esporádicamente.
“Representan una molestia para la operatoria pesquera” dijo el investigador pero añadió que “sería muy osado establecer una relación directa” entre la munida y la desaparición de merluza. En realidad “la munida es una presa de la merluza” dijo Barón, convirtiendo en víctima a la presunta asesina, quien, a lo sumo podría comerse “un huevo de merluza”.
La conclusión es rotunda: el piojo es inocente.
Bueno, bueno. Si es inocente o no lo determinará la Justicia. O sea, nunca se sabrá a ciencias ciertas. Lo que digo es: si el piojo rojo -casualmente rojo?- está cabrero-lease envenenado- la merluza muere de rabia. Como las ballenas picadas por gaviotas cabreras.
ResponderBorrarSabiendo del mar envenenado y sus envenenadores, y por los prestos comentarios de alguien del cenpat, allegado... no puedo menos que alertar: Guarda con los "autores intelectuales" del empiojamiento de merluzas.