ASI LO
MANIFESTO VICTOR JAUREGUI RAMIREZ, ESPOSO DE LA MUJER SOMETIDA A UNA ABLACION LA SEMANA PASADA EN EL HOSPITAL
REGIONAL
El miércoles se cumplió una semana del fallecimiento de
Zaida Pérez Quintanilla. Los días no logran aplacar la desazón de su esposo y de
sus cuatro pequeños hijos que buscan consuelo en la oportunidad de vida que
significó donar sus órganos para salvar a siete personas que necesitaban ser
trasplantadas.
Víctor
Jáuregui Ramírez nos esperó en el portón de madera de su casa, en el barrio
Quirno Costa. También salieron al encuentro tres de sus
cuatro hijos: Zair, de 11; Andrea, de 7; y Farid, de 6. La más pequeña, Zaida
Victoria, de 4 años, almorzaba.
Víctor
comentó que la decisión que debió tomar a partir del derrame cerebral que sufrió
su esposa la semana pasada fue traumático, pero que se sintió acompañado por el
doctor Juan Fernández,
coordinador hospitalario en Comodoro Rivadavia del Instituto Nacional Central
Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI).
“El me
dijo cuál era la situación de Zaida, que si vivía en el mejor de los casos
quedaría en estado vegetativo. Me planteó la posibilidad de donar sus órganos,
y primero como estaba muy confundido con todo lo que había pasado no dije
nada”, recordó.
Y de
inmediato se le vino a la mente una conversación “de esas que uno tiene en
chiste” en la que hace tiempo había hablado con su esposa sobre la donación de
órganos. “Zaida me dijo: ‘no quiero que me corten ni nada después de morir,
pero luego me contestó: ‘pensándolo bien sí quiero donar mis órganos a otras
personas que los necesiten’”, rescató Víctor.
Por eso,
al día siguiente de conocerse el diagnóstico de Zaida habló con el médico para
comunicarle que donarían los órganos. “Pero además en Perú (de donde él es
oriundo y de donde también lo era Zaida), en el documento de identidad uno
puede colocar si dona sus órganos o no, y también recordé eso”, afirmó el
hombre.
OTRA VIDA
La
extracción de órganos a la paciente de 31 años que falleció el miércoles en el
Hospital Regional, se inició el jueves 12, alrededor de las 15:30, con el
ingreso al quirófano de un equipo médico integrado por profesionales de Buenos
Aires y Comodoro Rivadavia, coordinado por Fernández.
El
corazón fue el primero en extraerse y se trasladó inmediatamente vía aérea
hacia Buenos Aires, al igual que los pulmones, en virtud de que estos son los
órganos con mayor complejidad para ser donados.
En
total fueron cuatro los vuelos sanitarios que llegaron al aeropuerto Mosconi,
uno desde Bahía Blanca y tres desde Buenos Aires, estos últimos con destino al
Hospital Garrahan, el Centro Nephrology y la Fundación Favaloro, para trasladar
el corazón; hígado; riñones y páncreas; y pulmones, de manera respectiva.
“Hoy el
haber donado los órganos de Zaida, nos ayuda a enfrentar el dolor, sobre todo a
mis hijos. Los otros días me preguntaban: ‘¿esa gente iba a morir sin los
órganos de mamá?’, y entonces cuando les expliqué entendían que fue muy bueno
permitir que siete personas vivan gracias a ella”, afirmó Víctor.
Más
allá de la pena, la vida sigue adelante para esta familia que hace cinco años llegó
a Comodoro desde Lima. Primero lo hizo Víctor en busca de trabajo en el sector
de la construcción. Un tiempo después arribó Zaida junto a sus tres hijos
mayores. En esta ciudad nació Zaida Victoria.
“Nosotros
no sabemos cómo continuaremos nuestra vida, pero hoy estamos en familia,
unidos, pensando en salir adelante”, confesó el padre de familia.
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