ES CONSIDERADO UNO DE LOS TESTIMONIOS
MAS RELEVANTES EN EL JUICIO POR LA DESAPARICION DE JOSE LUIS RODRIGUEZ DIEGUEZ
EN SARMIENTO DURANTE LA DICTADURA
En
la cuarta ronda de declaraciones del juicio que se desarrolla en Comodoro
Rivadavia, declaró esta mañana Graciela Lucía Bravo, la ex novia del
soldado desaparecido José Luis Rodríguez Diéguez. Es uno de los testimonios
clave de la causa que busca esclarecer los hechos ocurridos en el Regimiento 25
de Infantería de Sarmiento, en octubre de 1976.
La jornada de hoy en
el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia se inició a las 9, en una instancia
pública del juicio que busca esclarecer la desaparición del joven soldado
oriundo de Buenos Aires que llegó a Sarmiento tras cumplir funciones en el
regimiento de Las Lajas, Neuquén.
Ayer declararon a
través del sistema de video conferencia, Lucía
Rodríguez –hermana de la víctima, María Elena Gil –amiga- y Rubén Gómez
–amigo-. Todo ellos brindaron nuevos detalles en torno a los motivos por los
que el soldado había manifestado preocupación “por su integridad física” durante su estancia en el Ejército,
pero también su deseo de volver con la
esperanza de salir “por buena conducta”.
Se recordó cuando fue detenido en
Devoto, durante 30 días, en el medio de una manifestación convocada por Isabel
Perón y luego suspendida.
Su amigo Rubén Gómez indicó “creo que
era peronista lírico, peronista de Perón”, describió.
Luego Gómez recordó que en al menos dos
casos, quienes le escribieron durante su detención fueron víctimas de
intimidaciones. En enero del 77 mientras vacacionaba con su madre en Mar del
Plata, uno de sus hermanos le informó que un grupo de hombres vestidos de
civil, ingresaron a su casa, revolvieron sus pertenencias. Además cubrieron la
cabeza de dos de sus hermanos y amigo con sábanas y les pegaron.
En otro momento de la
audiencia realizada ayer en la Justicia Federal, la amiga de José Luis, recordó ayer que su padre acompañó al
joven soldado en las averiguaciones sobre su paradero. Estuvieron en Comodoro
Rivadavia, donde fueron recibidos por un militar de alto rango. “El le dijo a mi papá que los jóvenes
de cierta edad había que matarlos a todos”, recordó.
UN JOVEN
Sobre los testimonios
escuchados hasta el momento, el fiscal Dante
Marcelo Vega a quien participó en otros juicios
por Delitos de Lesa Humanidad en Chubut y otros puntos del país, indicó que “son
testimonios coherentes, y honestos, y esto se ve en todos los juicios por
delitos de Lesa Humanidad en los que he intervenido. Testigos que comparecen y
espontáneamente declaran lo que recuerdan y cuando no recuerdan lo dicen”.
Los mismos
permitieron conocer a José Luis Rodríguez Diéguez como un joven, “con sueños,
proyectos, ideales, que estaba haciendo el servicio militar y sufrió el
terrorismo estatal”. Además se busca
reconstruir los hechos vinculados a la detención tras su participación en la
movilización y luego su paso por el ejército.
Hoy se espera la
declaración de cuatro testigos más, entre ellos la ex novia que declarará desde Madrid. “Le vamos a
prestar muchísima atención porque no podemos contar con el testimonio de los
padres porque ya están fallecidos, pero escuchamos a su hermana, los amigos y
ahora la novia”.
En la causa
resultaron imputados el ex dictador Jorge Rafael Videla –ya fallecido- y los
militares retirados Teófilo Saa (quien se encontraba a cargo del Regimiento 25 de Infantería de Sarmiento)
y Carlos Antonio Españadero (oficial de inteligencia militar en el
Batallón de Inteligencia 601), ambos tienen actualmente 81 años.
INFORMES DEL
GOBIERNO AFIRMAN QUE SON 43 LOS CASOS EN TANTO EL CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y
SOCIALES AFIRMA QUE SON 100
Un segundo
caso similar al de Rodríguez Diéguez se dio en Esquel
El caso de
José Rodríguez Diéguez no es excepcional. Durante la última Dictadura Militar
se estima que son al menos 100 los soldados detenidos- desaparecidos. En Chubut
se registró un caso similar en Esquel. Se trata de Eduardo Colella, al que hoy
se lo recuerda en la turística ciudad cordillerana con una placa y una
escultura en la plaza ubicada en Ameghino y Costanera Cámpora.
La Red x la
Identidad de Esquel indicó que el soldado desapareció el 12 de diciembre de
1976. El 10 de noviembre de 1976 un grupo de civiles armados allanó el domicilio
de la familia Colella en Mar del Plata. Le preguntaron al padre por "su
hijo" y, al enterarse de que Eduardo hacía el servicio militar en Esquel,
se retiraron.
Durante la
semana que siguió al allanamiento, al no recibir noticias de Eduardo, los padres
viajaron a Esquel. Allí los recibió el teniente coronel Fernando Eugenio
Chercoles, jefe del Destacamento, quien les aclaró que el soldado “había sido
trasladado al Comando del V Cuerpo de Ejército por orden de la
superioridad". Un capitán de la unidad de Chercoles, de apellido Cinto
amplió la información de su jefe y confió a los padres que su hijo había sido
detenido por "sospechoso".
LA FIGURA
DEL DESERTOR
La alarma
del matrimonio creció al enterarse, por medio de conscriptos compañeros de
Eduardo, que el joven había sido trasladado encapuchado y esposado al
aeropuerto de Esquel, donde un avión se lo había llevado a algún lugar que los
informantes no podían precisar, quizá Bahía Blanca. Hacia esta ciudad viajaron
los padres, pero no obtuvieron de las autoridades militares ninguna
información.
Después de
días de búsqueda angustiosa, el 15 de febrero de 1977 llegó una carta de
Chercoles destinada a los padres de Eduardo. En ella les informaba que el
soldado Colella había recibido en Bahía Blanca la orden de reintegrarse a su
unidad en Esquel, libre de culpa y cargo, pero como el joven no se había
presentado en la unidad, "se habían iniciado actuaciones por
deserción". Increíblemente, Chercoles solicitaba a los padres del
"desertor" que influyesen sobre el muchacho para que regresase al
cuartel. Eduardo Alberto Colella jamás apareció.
UN CENTENAR
Dirección Nacional de Derechos Humanos y Derecho
Internacional Humanitario realizó un informe sobre todos los soldados
conscriptos que, habiendo sido declarados desertores durante la conscripción
obligatoria, estaban detenidos-desaparecidos, según los registros del Archivo
Nacional de la Memoria, dependiente del ministerio de Justicia.
El
informe indica que existen 43 casos de soldados conscriptos que habiendo sido declarados
desertores por las fuerzas se encuentran registrados en el Archivo Nacional de
la Memoria como detenidos desaparecidos. Aunque se indicó que se sabe que son
más los uniformados que sufrieron la detención ilegal y luego la desaparición
forzosa. De hecho el CELS, indicó que las “desapariciones”, a partir de
1976, rondan el centenar.
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