28 mar 2006

Violencia policial: piden que se reabra una causa

Ocurrió hace dos años en El Hoyo

Margarita Mardones, esposa de Gumersindo Vergara, con el patrocinio del abogado Cristián Hendrickse, realizó una presentación ante la justicia la semana pasada, con el objeto de plantear la nulidad de lo decidido por el Fiscal de la causa, Martín Zacchino, quien dispuso la reserva de las actuaciones de la causa por la muerte de Vergara. El hombre apareció, era jornalero y tenía 44 años, apareció ahorcado en una celda de la Comisaría de El Hoyo el 5 septiembre de 2003.
El 13 de octubre del 2005, el fiscal dispuso que "entendiendo que no restan medidas investigativas" se disponga "la reserva de las actuaciones".
Además el fiscal señala que "se encuentra pendiente, la agregación de los legajos de los policías Trangol y Azócar, (no existiendo copias del legajo del imputado Fabián López) lo que obsta a tener por cumplidas las medidas investigativas".
El caso mereció al menos tres movilizaciones de vecinos tanto en El Hoyo, como en Esquel, del mismo también se están ocupando organizaciones de derechos humanos y de defensa de las comunidades originarias.


LA INVESTIGACION
El abogado de la familia consideró que "resulta llamativo, que la medida se haya dictado días antes de las elecciones del 23 de octubre, para apaciguar los planteos de la corporación policial, a un mes de que esta parte haya deducido ante la Corte Suprema, acción civil contra: la Provincia del Chubut, de Río Negro, el Comisario López, el ex Juez Colabelli, los Fiscales Falco y Zacchinno``.
Sobre el trabajo que desarrolló el Ministerio Público Fiscal en la causa, indica "apreciar como de total credibilidad las deposiciones de detenidos producidas dentro del intimidatorio ámbito policial, escapa a cualquier regla de sana crítica racional y constituye una evidencia de la tendenciosa actitud del Ministerio Fiscal".
Sobre el presunto abandono de persona por parte del personal de la Comisaría de El Hoyo, manifiesta que "los funcionarios policiales manifiestan encontrar sin vida a Vergara, al momento del recambio de guardia. Cabe consignar, que sólo un profesional puede establecer el fallecimiento. Se demoró una hora en requerir un médico para efectuar maniobras de resucitación".
Finalmente, la presentación del abogado Hendrickse manifiesta que "la conclusión del Fiscal en cuanto a que el deceso de Gumersindo Vergara ha acontecido como una acción suicida, resulta arbitrario y se funda en apreciaciones contradictorias y en testimonios de dudosa credibilidad, viciados por parcialidad e interés. En mérito a estas razones, es que se solicita se ordene el reinicio de las investigaciones".
Según el relato de los policías Vergara fue encontrado sin vida en el calabozo, al día siguiente de su detención. Se verificaron signos de tortura en su cuerpo, hay fotografías solicitadas por el abogado de la familia que testimonian estas afirmaciones. La esposa de Vergara había denunciado días antes apremios ilegales contra dos de sus hijos.



A dos años y seis meses del asesinato se pide que la investigación se reabra, el abogado de denunció públicamente las presiones de la que es víctima desde que recibió el caso.


PERSECUCION Y AMENAZAS

Este es el relato que el propio abogado de la familia Vergara, Cristian Hendrickse, realizó a pocos días de haberse denunciado la muerte de Gumersindo Vergara en la comisaría de su pueblo, El Hoyo, provincia de Chubut.

"Resido en Paraje El Pedregoso, El Hoyo, provincia de Chubut, República Argentina, dónde trabajo como abogado. El 5 de septiembre fui requerido por la esposa de Gumersindo Vergara, un hombre torturado y asesinado en la comisaría de El Hoyo entre los días 4 y 5 de septiembre de 2003. Asumí la defensa de los derechos de la viuda de Vergara, Margarita Mardones, y su familia proveyéndoles de asistencia legal.

Ese mismo día, por coreo electrónico, envié un comunicado de prensa a medios nacionales y a organismos de defensa de derechos humanos, relatando los graves hechos sucedidos.

El día sábado 6 de septiembre, a mi solicitud, el corresponsal en El Hoyo del diario "El Chubut", de apellido Díaz, obtuvo fotografías de las lesiones y rastros de torturas que presentaba el cadáver de Gumersindo.

El día domingo 7 de septiembre, siendo alrededor de las 21.30 horas, fui interceptado por una patrulla policial detrás de una estación de servicio en la localidad de Lago Puelo, también al noroeste de Chubut.

En esa circunstancia, dos policías me interrogaron respecto de mi nombre, la propiedad de mi vehículo, que hacía en la localidad y si estaba o no solo. Al advertir que no estaba solo y que en otro vehículo cercano había personas de mi conocimiento, los policías se retiraron sin haberme requerido documentación personal alguna ni del vehículo.

Lo sorprendente es que en tres años en Lago Puelo, un pueblo de tan solo cinco mil y donde ejerzo la docencia desde hace dos años, jamás había sido interceptado por personal policial alguno. Cabe señalar que no conozco a los policía que me interceptaron por lo que creo que provinieron de otra localidad.

El lunes 8 de septiembre me dirigí a la ciudad de Esquel, dónde con mi cliente, la viuda de Vergara, radicamos ante el fiscal una denuncia por torturas seguida de muerte contra personas indeterminadas de la comisaría de El Hoyo. La investigación se carátula "MARDONES, Margarita Cristina s/Su Denuncia-El Hoyo", Causa Nº 6639/03, que tramita por ante el fiscal Falco.

Luego, y también ese mismo día y en la ciudad de Esquel, cuando me encontraba con mi mujer, Bernardita Bielsa, dentro del negocio "Librería Macayo", ella advierte que una patrulla policial sin identificación, se estaciona al lado de mi vehículo y sus
agentes observaban dentro de mi vehículo dónde se encontraban la viuda y el hermano de Gumersindo, Atilio Vergara.

Al advertir esa situación, mi mujer se acerca a nuestro auto para ver que ocurría, pero al ver los agentes a mi mujer, el patrullero se retiró del lugar. Inmediatamente, un agente policial se destaca frente a la "Librería Macayo" con un handy en la mano e informando cada uno de nuestros movimientos.

Esto último fue advertido por el doctor Gustavo Macayo, abogado de la ciudad de Esquel, quien se quedo al frente de su negocio hasta que el policía se retiró.

La noche del lunes 8 de septiembre, al llegar a El Hoyo, fui citado para concurrir a la Comisaría de El Hoyo para reconocer las fotos que había obtenido el periodista Díaz. Mi mujer me llevó a la comisaría donde yo ingresé y ella fue a buscar un teléfono al pub "Che Rodrigo". Mientras ella se encontraba en ese lugar y yo
declarando dentro de la comisaría, un móvil policial pasó delante de dicho negocio.

Concluida mi declaración en la Comisaría, fui a cenar al pub donde se encontraba mi mujer. Al regresar a nuestro hogar nos cruzamos con una camioneta policial y los vecinos nos refirieron que móviles policiales pasaban a todo horario por el frente de nuestra casa.

El martes 9, al regresar de El Bolsón, nos cruzamos con el Oscar Blanco, un ex-policía, esposo y hermano de policías y con quien hasta los hechos manteníamos
cierta amistad. Al referirle que nos estaban siguiendo, manifestó que por un tiempo largo la policía nos iba a seguir.

Al día siguiente, en la Fiscalía de Esquel, presento un escrito suscripto por la viuda de Vergara y con mi asistencia legal, ampliando la denuncia imputándole al comisario de El Hoyo, señor. Fabián López, el delito de omisión de evitación de tortura previsto en el Inciso 1º del artículo 144 cuarto del Código Penal.

Al retirarnos de allí, leemos en página 5 de la edición del 10/9/2003 del diario El Oeste, que el superior jerárquico del comisario López, el comisario Castillo de
Esquel, pese a que hay una investigación judicial, manifestó que para la policía el caso ya estaba esclarecido y que harían una investigación administrativa interna para el caso de que haya habido alguna "negligencia menor" a partir del ingreso del
detenido.

Esta noticia, junto a la de la existencia de un "justiciero" amparado por un integrante del Poder judicial y de la que dio cuenta el periódico "Páginas del Sur" (07.09.2003 página 21), sumado ello a los "encuentros" policiales de los que fui objeto, me decidió a presentar un "Hábeas corpus" preventivo en mi favor, en favor de mi mujer Bernardita Bielsa y en favor de mi cliente Margarita Mardones ante el juzgado de Instrucción de Esquel, iniciándose el caso "HENDRICKSE, Cristian C. E. s/Hábeas Corpus", Causa Nº 782.157-03, en la cual solicité que por intermedio de Cancillería se diera intervención del Cónsul de la República de Sudáfrica en razón de mi doble nacionalidad.

Al regresar en horas de la noche a El Hoyo, una vez que con mi vehículo ingresé al pueblo, el móvil policial 432 se pegó a mi vehículo con las luces altas encendidas. Cuando yo aceleraba, el patrullero aceleraba, y cuando yo disminuía la velocidad el patrullero la disminuía, de modo que quedaba siempre a no más de un metro de nuestro vehículo.

Ello fue así por bastantes cuadras hasta que llegamos al pub "Che Rodrigo", el cual como estaba concurrido y la maniobra fue advertida por los presentes, el patrullero tuvo que retirarse.

En el interior de Che Rodrigo, tomamos conocimiento que la dotación de la comisaría de El Hoyo ya estaba en conocimiento de que había presentado un Hábeas Corpus en Esquel, y que dicha información le habría sido suministrada a los policías por el juez de Paz de El Hoyo.

Es por todas estas circunstancias que con mi mujer, esa misma noche y con lo que teníamos puesto, nos retiramos de la provincia del Chubut y nos refugiamos en distintos lugares de Río Negro.

A la mañana siguiente, mantuve una conversación telefónica con FM Radio Fénix de Esquel, denunciando estos hechos y solicitando que se pongan estas circunstancias en conocimiento del juez de Instrucción de Esquel, ya que no tenía forma de ir a Esquel al procedimiento de Hábeas Corpus ya que no teníamos garantías para trasladarnos dentro de la provincia de Chubut.

El jueves 12, a las seis de la tarde, entramos a Chubut escondidos en vehículos de terceros. Nos montamos a caballos que nos estaban esperando, y con la custodia de los paisanos familiares de Vergara cabalgamos 11 kilómetros hasta la Comisaría, donde les plantamos los caballos y le clavamos una cruz con el nombre de Gumersindo Vergara al frente de la comisaría.

Aún seguimos fuera de la provincia de Chubut. Los comisarios López y Castillo aún siguen en sus cargos."

Cristian C. E. Hendrickse

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