16 may 2006

Conflicto en Telam: Granovsky prometió cabezas

(Comisión interna – 12/05/2006) Martín Granovsky le prometió al presidente Néstor Kirchner que el lunes tendrá "la cabeza de los (supuestos) saboteadores" a los que adjudicó el cable emitido el miércoles y luego anulado por Télam con declaraciones atribuidas al mandatario en Viena, según afirmaron fuentes del oficialismo consultadas por periodistas de esta agencia que hacen parte de un conflicto laboral por despidos
Exigido telefónicamente por Kirchner, según las fuentes, el presidente de Télam insistió con su versión del sabotaje y prometió probar hasta el lunes que detrás del cable del escándalo hay "una articulación de un sector interno y de sectores externos", como dijo Granovsky el jueves en el programa de Magdalena Ruiz Guiñazú, por Radio Mitre.
Es aquí donde comienza un nuevo e insoluble problema para Granovsky, quien afirmó también, en las mismas declaraciones radiales, que el cable en cuestión "no era material supervisado o generado por Télam".
Porque ese cable fue emitido en torno a las 12.46 del miércoles por el jefe de redacción, Jorge García, desde una máquina en el octavo piso, el del Directorio de Télam y el único con canal de salida del servicio de noticias a raíz de una decisión adoptada por el propio Granovsky en el marco del conflicto laboral que lleva ya más de un mes.
De la misma máquina salió más tarde el cable que anuló el primer despacho y de otra también del octavo piso, pasadas las 17, el breve despacho que atribuyó la información inicial a un "sabotaje". Una auditoría o pericia del sistema dejaría probada sin sombra de duda esta secuencia.
Estos hechos fueron puestos en conocimiento del juez federal Ariel Lijo junto al pedido de una "auditoria imparcial, con técnicos informáticos confiables, como los de la UTN y la UBA, sobre ese supuesto sabotaje en el que sospechamos un burdo intento de rehuir responsabilidades".
Este detalle fue introducido el jueves último en el marco de una presentación espontánea de los trabajadores de Télam, patrocinada por el abogado Eduardo Barcesat, en la causa a cargo del juez Lijo iniciada por una denuncia de Granovsky sobre presunta infracción al art. 174, inc. 6° del C. Penal por parte de los trabajadores (ver más abajo).
Pero además, entre el despacho del escándalo y su anulación, Jorge García atendió llamadas de editores de otros medios con enviados especiales en Viena que desconocían la supuesta "conferencia de prensa" de Kirchner con las declaraciones que le atribuyó el cable, luego desmentidas.
Y el jefe de redacción de Télam les dijo a esos editores que el cable tenía como origen a la enviada especial de la agencia y que había sido editado y emitido por él.
Lo afirmado por Granovsky es falso: el despacho fue supervisado por Jorge García, antes de emitirlo.
La primera explicación murmurada por la administración Granovsky lo admitía y sugería a la vez que había sido "hackeado" el mail de la enviada especial en Viena, Silvina Caputo.
Pero esa versión tampoco sobreviviría un instante a una auditoría informática y, por otra parte, dejaba irremediablemente expuesto a Jorge García.
"La información fechada en Viena, donde Kirchner asiste a una cumbre de Latinoamérica y la Unión Europea, le adjudicaba declaraciones al Presidente en las que admitía la posibilidad de arreglar el conflicto con Uruguay por la instalación de las papeleras consensuando con Tabaré Vázquez, dialogando en términos políticos. A todas luces, esa idea contradice la supuesta dureza de la estrategia judicial en La Haya que encaró la Argentina y por eso el impacto fue notable" (Clarín, 12 de mayo).
Frente a semejante cable con declaraciones atribuidas al presidente Kirchner que implicaban un cambio en la administración del principal conflicto que afronta la política exterior gubernamental, cualquier editor debería haber chequeado la información. Y es lo que García no hizo.
Las pruebas son irrefutables. En consecuencia, la primera cabeza que Granovsky debería "entregar" a Kirchner el lunes es la de su protegido Jorge García.
El presidente del Directorio de Télam se enfrenta por lo tanto a un problema gravísimo e insoluble, prisionero de sus propias falacias, y no sabe cómo seguir adelante con su último montaje.
Por eso se muestra inseguro y el jueves pidió a Canal 13 un derecho a réplica concedido pero con el periodista Lozano y el cámara ya en la planta desistió de hacer la entrevista que el mismo había pedido.
Y habla vaguedades sobre el supuesto sabotaje pero no promueve una investigación de lo sucedido, como sí lo hacemos los trabajadores incluso en sede judicial.
"¿De quién sospechás vos?", le preguntaron en sus declaraciones a Radio Mitre. "Yo no sospecho de nadie con nombre y apellido", respondió. Y luego agregó, impreciso: "Creo que hay una articulación de un sector interno y de sectores externos que todavía quiero identificar bien" (Clarín, edición citada).
Por lo demás, en la mencionada presentación espontánea de los trabajadores de Télam ante el juzgado de Lijo se pidió al magistrado que "Disponga la inmediata desestimación y cierre de la presente causa (iniciada por Granovsky), por inexistencia de delito".
"También corresponde que se remitan los antecedentes a la Mesa de Entradas de la Excelentísima Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal a efectos que se proceda al sorteo de Juzgado Instructor que examinará el obrar del denunciante en orden a la figura del art. 245 del C. Penal", sostuvo esa presentación.
Es decir, para que se establezca la falsedad de la denuncia con la que Granovsky pretende aplicar el art. 174 inc.6 del Código Penal (fraude malicioso contra la administración pública) a trabajadores que protagonizan un conflicto por despidos, en ejercicio de sus derechos constitucionales.
"Ningún hecho empírico puede acreditar faltantes o deterioros en el equipamiento que obedezcan a responsabilidad de los trabajadores. De allí nuestro reproche sobre enfrentar una falsa denuncia, un acto más de la prepotencia institucional a que parece adicto el Sr. Granovsky", hizo saber al juez esa presentación colectiva.
También pidió que remita los antecedentes ante la Mesa de Entradas de la Cámara del Fuero en orden a lo previsto por el art. 245 del C. Penal e, igualmente, "a efectos que se investigue la posible responsabilidad penal (arts. 174, inc. 5° y 260 del C. Penal), por el traslado y/o vaciamiento de la empresa incurrida por la actual dirección de Télam S.E.".
Cabe agregar por último que el jueves un jefe de Télam, Luis Omar Giménez, amenazó con un arma potencialmente letal (una cachiporra extensible de metal) a trabajadores de la empresa y con un secuaz golpeó a dos mujeres. Ellas dos y un tercer periodista agredido lo denunciaron junto a testigos en la Comisaría 2da. de la Policía Federal.
Aunque al menos una de esas agresiones fue presenciada por el gerente de Recursos Humanos, Pablo Fiorentini, citado como testigo en la denuncia policial, la empresa sólo dispuso una licencia especial con goce de sueldo para el tal Giménez.
Prensa
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