7 jun 2007

En el Día del Periodista, comunicado del Sindicato de Prensa de Comodoro Rivadavia



EN LA MEDIDA QUE EL PERIODISTA TENGA CALIDAD DE EMPLEO HABRA LIBERTAD ENTRE LOS TRABAJADORES




A los trabajadores de prensa les corresponde producir a diario la primera versión de la historia. Les corresponde reflexionar a diario, entonces, sobre la función social de su trabajo. Primero en su modo de cuestionar “la realidad” y a sus protagonistas, luego en su modo de reflexionar sobre el producto de esa indagaciones y al fin en el modo de transmitir sus conclusiones se refleja el valor que cada trabajador de prensa le asigna a las personas que dependen de su labor para informarse, entender o interpretar eso que pasa. Pero para el dispositivo político empresarial que encarna lo que denominamos “el poder”, las personas son “usuarios”, “consumidores” o “electores”. Y éste “poder”, con su característica miopía sobre el potencial y las reales necesidades de las personas, les proporciona un valor proporcional al rédito económico o político que le importarían. Este mercantilismo imperante impone sus valores: el individualismo por sobre la solidaridad, el conformismo sobre la reflexión crítica, la capacitación sobre la educación, la seguridad sobre la libertad, el consumo sobre el placer, los negocios sobre la política, la intolerancia sobre la comprensión, la paz social sobre el derecho a disentir. Los trabajadores de prensa que claudican en su responsabilidad de cuestionar al “poder” son funcionales a este modelo, se convierten en “operadores” de prensa y deberían cobrar sus servicios como publicistas o agentes de propaganda (aunque es sabido que ya muchos lo hacen, como tantos empresarios del sector). Sobre esta lógica, los militantes siguen siendo subversivos, los docentes en lucha agitadores, los dirigentes díscolos antidemocráticos, los inmigrantes ladrones, los jóvenes delincuentes,
los opositores enemigos, los amigos cómplices, los periodistas peligrosos, los trabajadores mendigos y los burócratas, aliados. En los últimos años venimos trabajando silenciosamente construyendo paso a paso. Hoy la necesidad de nuestros compañeros que tienen salarios de hambre y ejercen sus tareas incluso sin recursos materiales, nos pone como prioridad el reclamo urgente. A nivel nacional se desarrollan paritarias, a las que las empresas representadas por la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina, la Asociación de Radiodifusoras Argentinas, y la Asociación Argentina de Televisión por Cable concurren hace 3 meses a negarle un salario digno a sus trabajadores.
En todo el país los trabajadores de prensa no sólo no pueden comprarle zapatillas a sus hijos, sino que además sufren a diario la violencia que proviene de diferentes sectores. Los trabajadores golpeados, amenazados y mencionados con nombre y apellido por no responder a una determinada línea de pensamiento es una práctica frecuente, que se reproduce en la región y en el resto del país.
Las pautas publicitarias que las comunidades reclaman conocer con insistencia son hoy, al menos en Comodoro Rivadavia, millonarias. De esa forma el trabajador cae preso en las redes de un sistema que por un lado le corta la libertad de trabajo, y por el otro no le permite vivir. En éste marco, y hoy cuando propios y ajenos se calzan el traje de periodistas, decimos, como integrantes de la clase trabajadora, que debemos fortalecer nuestra organización para avanzar en la lucha por sueldos dignos y condiciones laborales que revaloricen nuestra función y a la información como un bien social.


Mónica Baeza
Secretaria General
Sindicato de Prensa de Comodoro Rivadavia
Filial FATPREN

Imagen: Rodolfo Walsh, asesinado durante la última dictadura militar. El día del periodista debería recordar su labor. Dibujo de Carpani.

1 comentario:

  1. Estoy 100% de acuerdo con lo expresado por la FATPREN, pero cabe recordar que todos los periodistas que laburan en el territorio argentino deberían poder estar representados por una entidad gremial y en la provincia de Santa Cruz esto no ocurre.
    Debemos acudir a formas clandestinas para dar a conecer lo que sucede en tierras de pingüinas, sin ninguna protección sindical.
    ¿No sería bueno que la FATPREN deje de actuar como una entelequia y pase al terreno real y se contacte con los trabajadores de prensa?

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