29 ago 2007

Puerto Pirámides: obreros de la construcción denuncian abandono de persona

Son los ocho obreros de Estancia La Adela, propiedad del mayor terrateniente de Península Valdés, Jorge Emilio Ferro, quienes el lunes en conferencia de prensa dieron a conocer la contracara del negocio turístico que avanza para unos pocos en el área reconocida mundialmente como Patrimonio Natural de la Humanidad. Provenientes de distintas provincias, habían llegado al campo ubicado a 5 kilómetros de Puerto Pirámides para concluir una obra de 220 metros cuadrados con fines turísticos y para dar de comer a sus familias con el haber prometido. Lo primero fue cumplido en tiempo y forma, lo segundo, como en tantos otros ejemplos de empleo en negro, aún no es posible y se ha convertido en el máximo objetivo a alcanzar por estos trabajadores en defensa de su dignidad.

Tras 60 días sin víveres ni ingresos, respaldados por vecinos de Puerto Pirámides que a diario les acercan comida y compañía, los obreros están convencidos que la única lucha que se pierde es la que se abandona y no dejarán de exigir el pago de sus salarios así tengan que iniciar una huelga de hambre o cortar la ruta. Tal fue lo expresado al interior del recinto que ocupa en Madryn la autoridad de aplicación en el área protegida, la Administradora Península Valdés, entidad que recordemos también carga con historias de deudas a sus trabajadores. Por ello demandaron en el documento hecho público, la urgente sanción de "una ley que castigue duramente a los empleadores y controladores responsables de tanto trabajo en negro en una provincia con tanta riqueza".


En La Adela, lugar paradisíaco visitado por Cavallo y Martínez de Hoz, propiedad de uno de los dueños de campos con mayor número de cabezas de ovejas, 30 trabajadores llegados de Buenos Aires, Córdoba y también de la región –que fueron volviendo sin su paga a sus lugares de origen- habían sido contratados para remodelar un establecimiento destinado al turismo internacional.

La obra fue concluida en un 80 por ciento y concentró en el edificio con vista a una playa privada poblada de ballenas la construcción de una galería, cocina, habitaciones en suite con baño privado y la colocación de porcelanato, pisos y paredes de pinotea, más materiales térmicos en paredes y cerámicos.Lejos de este contexto coincidente con los parámetros del "turismo ordenado" que se pretende en Península Valdés, los trabajadores de la Estancia de Ferro realizaron su trabajo en condiciones infrahumanas, que incluyeron: dormir en colchones sobre el piso, permanecer en un galpón con techo de cinc, padecer la falta de alimentos y de atención médica y –sin leña- soportar temperaturas de hasta -8º. Pero nada de esto conmovió a la fiscal Mabel Covi, responsable de archivar la denuncia por abandono de persona presentada por los trabajadores, tampoco a la Subsecretaría de Trabajo a la que continúan exigiendo: "La firme intervención y apercibimiento a Ferro S.A."
Para comunicarse con los trabajadores llamar al (02965) 15 - 629313 (Oscar)

Fuente Agencia Comunicadora de Madryn

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