Ayer visité la Dirección de Discapacidad de la Secretaría de Desarrollo Humano y Comunitario de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, y después de charlar sobre la diversidad y la cobertura que realizan los medios de comunicación sobre las problemáticas sociales, Natalia Nievas, a cargo del área de comunicación, me contó cuáles son las actividades que se realizan en el Club de la Diversidad. Debo reconocer que no sabía nada al respecto, y me pareció un programa distinto y alentador. Demuestra que hay otras formas de pensar en abordar las problemáticas sociales, porque está claro que no será con leyes aún más restrictivas que las existentes, ni con "mano dura" como transformaremos la sociedad.
Dos profesores: Fabricio Nanni, profesor de teatro y la docente Laura Terrés desarrollaron una actividad en la Escuela 52, destinada a trabajar las condiciones de convivencia en la diversidad.
Si querés saber más...te presento "Los unos y los otros".
"LOS UNOS Y LOS OTROS"
Así se llama el plan de trabajo que aborda problemáticas tales como: maltrato, violencia, abuso sexual, drogadicción y niños en situación de calle, que afectan a la comunidad educativa; anécdotas recientes de vulnerabilidad y violencia que involucran a los chicos, sus padres, el Ministerio de Educación, y los medios de comunicación; situaciones de maltrato familiar que impactan en la escuela; tales como “mudanza escolar” por la remodelación del edificio de la Escuela, ya que funciona en tres lugares distintos, en el Perito, en la 153, y en la 183, son los ejes principales que iniciaron un novedoso trabajo en equipo.
DEVOLVERLES EL JUEGO A LOS NIÑOS
Se realizaron talleres, creados junto a los docentes. Allí los niños construyeron objetos y personajes, a partir de materiales de desecho como cartones, diarios, placas radiográficas, rollos de papel, tubos, botellas de plástico, telgopor, palos y maderas, nylon, entre otros, permitió nuevas actitudes que demostraban la desvalorización entre hombres y mujeres, el “no puedo”, actitudes defensivas (barricadas, burlas); actitudes de amedrentación, sumisión, sálvese quién pueda (robo de materiales, golpes, insultos).
Los juegos teatrales y la organización grupal, una registro plástico compuesto por dibujos y comentarios de los chicos, permitió nuevas situaciones como abrazos, clima afectivo, y la valoración “positiva y negativa” del trabajo realizado.
El trabajo de Laura y Fabricio, permitió desarrollar una etapa, donde los alumnos eran los protagonistas, pero el trabajo fue con los docentes. “Crear un espacio sencillo y simple como el juego mismo, quizá la mayor dificultad pase por albergar lo caótico, lo que surge a partir de un espacio con propuestas lúdico-creativas, sin bancos, sin sillas, que no se puede predecir. Sí podemos afirmar que en el momento en que el chico se puede expresar hay una tranquilidad”, afirmaron.
Foto de Jorge Milla
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