Declaró hoy el primer testigo |
HOY DECLARÓ UNO DE LOS 11 TESTIGOS Y SE REALIZA UN RECONOCIMIENTO OCULAR EN SARMIENTO
Comenzó
ayer el juicio que busca esclarecer los hechos vinculados a la desaparición de
José Luis Rodríguez Dieguez, mientras era soldado del Ejército Argentino,
durante su estadía en el Regimiento 25 de Infantería de Sarmiento. Los
imputados se negaron a declarar.
El juicio que busca
determinar qué pasó con Rodríguez Dieguez, un joven que vivía en Capital
Federal hasta ingresar al Ejército, se realiza en la sede de este Tribunal,
ubicado Carlos Pellegrini Nº 450, en instancias previstas hasta el próximo
jueves.
Ayer comenzó a las 10 con
la única presencia de uno de los imputados, Carlos Antonio Españadero –quien
desarrollaba tareas de inteligencia para el Ejército-; ningún familiar del
desaparecido. El otro imputado, Teófilo
Saa –ex jefe del Regimiento 25-, siguió el debate a través de un sistema de
video conferencia, desde el Penal de Ezeiza donde esta detenido con prisión
preventiva por otras causas. Ambos se negaron a prestar declaración. Tanto Saa como Españadero, son asistidos
técnicamente por el defensor público oficial, Sergio María Oribones y el fiscal
General Horacio Arranz quien dio a conocer detalles de la causa a diario
Patagónico.
Cabe acotar que en esta
causa fue imputado después de su muerte el ex presidente durante la última
dictadura militar, Jorge Rafael Videla, quien fuera procesado por la jueza
federal, Eva Parcio de Seleme.
TESTIGOS CLAVE
La jornada de hoy comenzará a las
9 de la mañana, para escuchar la declaración del ex soldado Juan Roberto
Britos, quien tomó contacto con Rodríguez Diéguez al llegar a Sarmiento
preveniente de Las Lajas, Neuquén, el 19 de octubre de 1976. Tras su
declaración se realizará una inspección en la zona del barrio del Regimiento 25
de Infantería de Sarmiento. Este testigo, además de la ex novia del
desaparecido, Lucia Bravo son considerados clave para desarmar la versión
oficial de la deserción de Rodríguez Dieguez, 2 días después de ingresar al
Regimiento 25. Según se informó al padre de la víctima oportunamente el joven
desaparecido salió de la base junto a un sargento y otro soldado. “Cerca del
cartel se avería el vehículo, el sargento le ordena volver a pedir auxilio, se dirige
al cuartel y en ese trayecto cerca de dicha unidad militar desaparece”.
El fiscal general indicó que en
primer medida se argumenta que no es lógico que el soldado decida abandonar el
servicio al llegar a Sarmiento, considerando que viajó sólo en colectivo y tren
durante tres días, desde Las Lajas –Neuquén-, su primer destino hasta el
Regimiento 25. Afirma que incluso en una de las paradas se le informó que el
tickets se había comprado mal por lo que compró con dinero de su bolsillo un
pasaje que le permitió llegar a destino.
OCULTAMIENTO
Las cartas que el soldado envío a
la familia son piezas claves en la investigación que permitió que esta causa
llegara a esta instancia, dado que el joven no sólo relataba detalles sobre la
vida en el Ejército, sino también fechas y estados de ánimos. En ellas no da
cuenta de la intención de desertar a los 2 días de arribar a Sarmiento como se
indicó desde el Ejército.
Hasta ahora el caso de Rodríguez
Dieguez, es el único en su tipo en el Regimiento 25. Se denunciaron malos
tratos pero no desapariciones. Lo que es común en los delitos de lesa humanidad
en el país es el ocultamiento del caso detrás de la figura de “deserción”, algo
que también se usó en regimientos de la zona del norte del país. “En estas
zonas urbanas era más fácil ocultar porque decían se fue un día de franco y no
volvió pero en Sarmiento es más difícil”. El soldado desaparecido había
participado en una movilización cuando cursaba sus estudios universitarios en
Buenos Aires en 1974, incluso había estado a disposición del Poder Ejecutivo
durante el estado de sitio. Fue liberado en el 75. “Esto era un antecedente
peligrosísimo para el Ejército que podía considerarlo el demonio”. Durante su
paso por Las Lajas, llegó a tener grado de dragoneante, “la vida militar era
impecable”, sostuvo el fiscal general.
La participación de los imputados
Néstor Felipe
Canabal es uno de los testigos del juicio. El hombre que era soldado, tambor de
la Banda del Ejército, recordó que al arribar a Sarmiento se comentaba sobre la
llegada “de un guerrillero”.
Recordó que se decía
además que un sargento apodado “Ginebra Llave”, de apellido Espinosa, “había
bailado” al soldado Rodríguez Dieguez. De hecho lo vio “tirado afuera” y su
cuerpo tenía señales de haber sido golpeado. Le pidió agua, y le dijo que lo
llevaban pero no sabía dónde.
El testigo
sostuvo que luego lo “tiraron” en la caja de un camión unimog. Esa noche
escuchó disparos y un helicóptero. Canabal cree que lo tiraron al Lago Musters.
El fiscal General, Horacio Arranz, considera que “Ginebra Llave” Espinosa es
uno de los responsables pero, como otros testigos valiosos para esta causa,
falleció. “Muchos no llegaron a testificar porque algunos fallecieron o se
desconoce el paradero”, indicó el fiscal.
La
vinculación del imputado Teófilo Saa en la causa está dada precisamente por su
condición de jefe del Regimiento. “No puede decir que él no sabía lo que
ocurría en el Regimiento”, afirmó el fiscal.
En el caso
del otro acusado, Carlos Antonio Españadero, fue convocado por ser una persona
clave en el proceso dado que participó del interrogatorio que se realizó a la
novia de Rodríguez Dieguez. “La ex novia sostiene que él le hace preguntas que
si no se las hubiera sacado por la fuerza al soldado nunca se las hubiera
dicho”, indicó el fiscal.
Además de Juan
Roberto Britos y Canabal se espera que declaren esta semana Humberto Santi,
Néstor Felipe Canabal, Nicolás Rodríguez Alvarez, Lucía Cristina Rodríguez,
Carlos Héctor Vasconet, María Elena Gil, Rubén Norberto Gómez, Daniel Juan
Merit, Graciela Lucía Bravo y Carlos Ismael Garcilaso. Algunos de ellos
declararán a través de video conferencia.
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